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abril 28, 2012

EL DESAGRADO QUE CAUSA LA FAMILIA REAL


Si la libertad significa algo, es el derecho de decir a los demás lo que no quiere oír.  – G. Orwell -  


¿Qué confianza se puede tener en el rey si ante una encrucijada de ruina y de peligro de mayor ruina se permite ausentarse de la Corte miles de kilómetros para practicar un safari? Y ello tras la situación de oprobio en que se encuentra la monarquía por haber calado en ella la extendida y desaforada corrupción. ¡Y de que manera! Casi a diario se viene publicando nuevos descubrimientos de los manejos del yerno real con visible trincar, quedando cada vez más implicada en ellos su esposa la infanta Cristina. Ante la situación de penuria, de hambruna, que atraviesa el país no es honesto permitirse tan caro placer –tampoco lo es en sí matar elefantes-, y si, como se dice, no constituyó dispendio, sino que fue un regalo, ocurre que un rey, un presidente, un político cualquiera no es legal ni ético que acepte obsequios costosos, ya que es un indirecto venderse, habida cuenta de que nadie hace grandes regalos a cambio de nada. No es ético, pues, y lo impide también la dignidad. Se puede dispensar afecta a una persona con pequeñas atenciones, que, como dice Séneca, no hemos de poner los ojos en lo que vale lo que se da, sino en la bondad de quien lo da.

¿Es don Juan Carlos –también durante toda su vida un donjuán- muy cazador y sin sus cacerías de caza mayor no puede vivir? Pues que abandone el trono si a los safaris antepone sus obligaciones y sentimientos de jefe de Estado, que deje su simbólico papel. Le quita el sueño –dijo- el paro juvenil; debiera quitársele el paro de todos y en general el de tantas y tantas familias sin el debido alimento, cuido  y pasando fatigas sin cuento a causa de la crisis económica que ha traído la avaricia y la desaprensión de un infinito número de corruptos en la faceta de trincar. Como jefe de Estado debió actuar adecuadamente con su yerno e hija cuando se hizo público  -Caso Babel- que el enriquecimiento a que llegaron era debido a lo que la Casa Real denominó “conducta no ejemplar” de Urdangarín.  ¡Y tan no ejemplar! Todos sus antónimos: escandalosa, injusta, depravada, etc.

Ni el paro juvenil y no juvenil, ni la desastrosa economía de España –que tiene como efecto la general y la corregida y aumentada propia que la ha llevado a ser de los países en peor situación-, que puede llegar a necesitar ser rescatada por Europa –hipotecada-,  le quita el sueño al rey, pues que él y familia están a resguardo de la crisis. Si acaso le quitó el sueño alguna amante de turno, tal como el notorio aprieto en que le puso Bárbara Rey. Pero siempre el silencio, la no información de la vida y milagros de la Familia Real. ¿Quién como ellos? Ni siquiera la dinastía Windsor ha contado con tal privilegio, pues su no ejemplaridad ha sido comentada por todo el país y allende la frontera; hoy sucede igual con los actuales Borbones. Pero a partir de noviembre al salir a la palestra, como digo, el affaire del marido de la infanta, y con evidente aferramiento a desvincular a ésta. Ya veremos si es posible hasta el final de la causa penal, ya que los mails que acaba de presentar el ex socio la comprometen sobremanera, por si lo motivase poco la circunstancia de copropiedad en el matrimonio adquirida con el dinero que Urdangarín  “””gano””” con presentación de tarjeta con símbolo de la monarquía o Casa Real, así como alguna otra que en algún artículo anterior apunté y que por aquí y por allá fueron apareciendo.

Alguien desde un relevante programa de Radio ha manifestado que de Urdangarín se ha dicho ya todo, pero del rey todavía se calla algo. Hace poco más de un mes que se emitió, mas la información va ganando terreno a pasos agigantados y facilitado por los malos que están dando. Últimamente el negarse la Casa Real a ser incluida en la Ley de Transparencia –hecho que consigné en su día, aduciendo que veremos en el próximo otoño, cuando entre en vigor, si ratifican o rectifican- y recientemente no ya con el alejamiento del rey a los españoles, sino recalcando su indiferencia como pone de relieve el viaje que ha hecho importándole un bledo la crisis. A duras penas, y por ser pillado en corrupción el referido miembro de la realeza, consintió el rey, después de treinta y seis años de negarse, presentar cuentas de la cantidad que se le asigna de los Presupuestos del Estado, o sea recaudados a la ciudadanía. Y ante tal hecho se ha montado como una propaganda de sinceridad; ¡vamos anda!   

¿Por qué no ha de conocerse el gasto que a distintos Ministerios supone la Casa del Rey? Es conditio sine qua non, condición indispensable, para que se pueda hablar de transparencia de la monarquía. A ver si Rubalcaba indica a don Juan, en la audiencia que piensa pedirle, que existe una demanda de total transparencia e información en torno a su Casa y persona. El pacto de silencio –el “a callar” de los dos partido políticos  y de la prensa, la permisividad o tolerancia excesiva- se ha roto, sobre todo por parte de los medios de información, y continuarán saliendo trapos sucios, se acabó el privilegio que hasta cierto punto ha sido mayor que el de algunos reyes absolutistas. Se impone, y ahora ya se ha atrevido la sociedad a pedirlo, la confección de una Ley de la Corona. Muy lejos está ya la Transición y no ha de vivir la monarquía de las rentas de la misma.

A lo largo de esta monarquía que ya Juan Balansó denominó “monarquía corrupta”, toda ha sido corruptelas y mentiras. A raíz de lo ocurrido se lamenta Iñaki Anasagasti en su blog:

Tanta opacidad, tanta censura, tanta manipulación de las encuestas, tantas mentiras al decir que es la institución más valorada y la más barata, cuando las dos afirmaciones son radicalmente falsas, lo mismo que la burda patraña de que el rey salvó a la democracia el 23 F cuando fue uno de sus impulsores y lo mismo cuando hablan de su ejemplar familia, cuando ni el perro les mueve la cola, todo este mundo de mentiras empieza a romperse y a verse de verdad que el rey está desnudo. [Sí, pero no “descalzo”, según vox populis, voz del pueblo, voz pública] Ha hecho falta que se cayera en una cacería de elefantes millonaria, para que todos se percataran de la segunda vida del rey. (…) Media vida haciendo la pelota a Franco y la otra media haciendo de su capa un sayo entre el incienso de la derecha y de la izquierda de España. (…) Y que este Chiquito de la Calzada, como le han denominado en la radio de ABC, nos deje en paz y dejemos de mantener su escandalosa vida impropia de un Jefe de Estado serio, inteligente y europeo.
Que el rey haya hecho de su capa un sayo estando en el poder el Partido Popular difícilmente puedo llegar a entenderlo, aunque no de manera recta ni apruebe tal dejación de observar la Constitución, pero que también haya ocurrido bajo el mando del PSOE me resulta bastante más abstruso. ¡Qué socialistas de tipo tan sui generis, tan especial! Bueno, ha hecho más que de su capa un sayo, puesto que tal frase figurada y famosa significa “obrar alguien según su propio albedrío y con libertad en cosas y asuntos que a él solo pertenecen o atañe”. (DAE). Don Juan Carlos no ha obrado ad libitum, únicamente en lo de meramente de su incumbencia.

No entro en si salvó la democracia el 23 F, aunque conozco otras versiones del mismo criterio que la de nuestro político vasco, porque sobre los que lo creen y los que lo dan como un montaje no se ha puesto sobre el tapete para probar lo uno o lo otro, se le dio la espalda por parte de los políticos e ignoro, obviamente, si lo hicieron llegar a conocimiento del rey. Por supuesto que la prensa no informó  del escrito de denuncia al rey dirigido a las Cortes ha bastantes años por el coronel Martínez Inglés, el cual ha venido insistiendo en ello y publicando alguna obra –“23 F El golpe de Estado que nunca existió”- y artículos, conforme podemos ver en Internet. Amadeo Martínez Inglés es de la misma edad que el rey. Recientemente ha sido citado por la Audiencia Nacional para declarar por injurias al rey en el artículo “¿Por qué te callas ahora?” En noticia de Internet, fecha 17 del cursante abril, podemos leer este titular: “Amadeo Martínez Inglés pide como testigos en el juicio a Tejero, Bárbara Rey, Armada y Mario Conde”. Ha dirigido un escrito al juez, cuya primera consideración dice:

Como coronel de Estado Mayor, historiador militar y profesor de esta última materia en la Escuela de Estado Mayor del Ejército español me he dedicado durante más de treinta años, concretamente desde mediados de los ochenta del pasado siglo, a estudiar e investigar la vida del actual rey de España Juan Carlos I tanto en su ámbito personal como en el público e institucional.

En todos los puntos de este extenso comunicado al juez le da pelos y señales del monarca y su familia. Está firmado en Alcalá de Henares a 9 de abril de 2012. No de formularse esta pregunta: ¿Ha hecho algo aparte de preparar golpes de Estado, fornicar a destajo a cargo de los fondos reservados, navegar en el Fortuna o en el Bribón, cazar osos (borrachos en la tasa de alcoholemia legal), esquiar en Baqueira, pasarse los veranos a cuerpo de rey en Marivent y labrarse una fortuna apañadita? Ya veremos en qué queda esta cuestión, si el rey acepta defenderse al límite de la posibilidad y de la justicia: Si puede probar no ser cierto lo imputado. Pero si sólo puede recurrir a su situación de rey, y recurre, adiós el Estado de Derecho de que él mismo habla.             

Niego que la monarquía sea la institución más valorada, y rechazo de plano que sea la más barata. Ninguna hay barata. Esta afirmación no puede ser más gratuita y tendenciosa cuando no hay un balance del coste de la monarquía, al menos para conocimiento público. No puede salir barato un señor que tiene que vivir –a decir de nuestro comentado Anasagasti- entre cacerías y orgías varias. La parafernalia castrense de una monarquía, la tropa a su alrededor, tanta figuración, conjunto de figurantes extras, mera opereta, constituye un gasto de la monarquía tan grande como superfluo, amén de ridículo en nuestra época. Sabido es que Alfonso XIII sentía pasión por ver esto en su palacio, pero hoy este teatro…, quedó inadecuado a las circunstancias actuales, es decir, obsoleto. E igualmente la llamada Casa Real con tanto empleado y servidumbre para una familia. La cosa contraria a la Economía, a la buena administración, de un país.

Ignoramos qué pensará de sí mismo don Juan Carlos –difícil es el nosce te ipsum, conócete a ti mismo, inscrito a la entrada del templo de Apolo, aforismo atribuido a varios griegos de la antigüedad-, lo que sabemos es que considera  necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Esto expuso en su discurso de Navidad, y no tardaría en incurrir en un hecho que significa todo lo contrario. Pero continúo sus palabras: Todos, sobre todo las personas con responsabilidades políticas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar. Esto es evidente, como también lo es que no todos cumplen con su deber. Cuando se producen conductas irregulares –continúa diciendo- que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. También tenía que haber reaccionado él, y de otro modo respecto a su yerno. Afortunadamente –prosigue- vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos.

En manos de él, del Gobierno y de la oposición de éste, está el demostrarnos que van a cumplir este artículo de la Constitución de igualdad ante la ley. Dentro de esta regla general, con la sola excepción del rey, aunque la excepción no se indica en este artículo 14, se halla la infanta Cristina, por lo que si resulta afectada de alguna manera en la conducta de su marido, o fue conjunta, ha de aplicársele el ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos. ¿Será cierto?, máxime en este caso que afecta a la Familia Real. Mientras no lo vea no lo creo, opino más bien con el diplomático italiano Carlos Alberto Pisani Dossi que la ley es igual para todos los harapientos. Sí, para éstos no falla el ser juzgados y condenados. Y con el rey qué va a pasar, pues Diego Torres continúa día a día vinculándole en haberles ayudado.

¿Da ejemplaridad la Familia Real? Gasto sí. Tanto viaje de la reina para paliar su drama familiar…, que no sólo es el rey el muy gravoso. La separación de los reyes desde la infancia de los hijos no es una circunstancia muy ejemplar, que digamos. Hoy nadie ignora que la familia Borbón Grecia es “desestructurada y mal avenida, con frecuentes enfrentamientos más o menos explícitos”, según fuentes de su entorno”.  De los inapropiados matrimonios de sus hijos responsabiliza en gran parte don Juan a su esposa; ella se puso del lado de su hijo cuando se aferró a contraer matrimonio con doña Letizia Ortiz, divorciada, y se le planteó al padre dándole desde el extranjero un ultimátum en octubre de 2003: o aceptaba su enlace o renunciaba a la sucesión. ¡Tan poco le importa el trono!
Por MANUEL LÓPEZ PERALTA
             
                                                       








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2 comentarios:

posesodegerasa dijo...

Respecto a ese insistente mito de la propaganda desinformativa de que "rey salvó a la democracia en el 23-F", un artículo que pone las cosas en su lugar:

http://astillasderealidad.blogspot.com.es/2012/04/mi-dadmelo-hecholos-agujeros-negros-del.html

blogger dijo...

Acabo de leerlo "posesodegerasa"

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