En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario – G. Orwell.
Vivimos los españoles en una monarquía institucional, pero con una monarquía y una Constitución que hacen aguas. La monarquía, régimen político, por otra parte, anacrónico, ha llegado a la situación de descrédito que a la vista tenemos todos los españoles y gran parte de los extranjeros, empezando, naturalmente, por lo más próximos geográficamente, así como por los de nuestra lengua, mundo hispano. Tan mala imagen estamos dando que hay un contra añadido al político y que es de verdadero escándalo: España tiene dos reinas. Siempre los Borbones españoles –y los no españoles- fueron donjuanes por regla general; ahora bien, en ningún reinado se llegó a que el monarca no guardase las formas. Tampoco se ha visto éste en la vejatoria circunstancia de tener que disculparse ante sus súbditos –ciudadanía desde la Constitución de 1812- por su proceder “no ejemplar” del calibre de irse de safari cuando más recriminable era.
Ha prometido que no se repetirá; bueno, a sus setenta y cuatro años ya es hora que renuncie a la caza mayor, ya que no lo ha hecho por la situación precaria y angustiosa que se encuentra España. Pero ha sorprendido peyorativamente, y teniendo también en cuenta su edad y delicado estado de salud, que aumenta su ancianidad, haya asegurado que nunca renunciará a Corina. Esta princesa de vía estrecha dada también a los safaris, uniéndoles también, según las malas lenguas, el que a Corina le gusta beber. Ya deja perplejo también el que reuniera, invitándoles a una cena en un restaurante madrileño, a su tres hijos para explicarles la relación que tiene con ella. ¡Que hecho tan “edificante”, fue darles un buen ejemplo! La reina, Letizia y Urdangarín se quedaron en casa. Y cuando salió a la luz el Caso Babel calificó la conducta de su yerno de “no ejemplar”. No ejemplar ha sido la de éste, y la que a su hija la infanta Cristina se le acusa, sino también la de los políticos y a las pruebas me remito. La situación actual de la monarquía a los alternantes Gobiernos es debida. Se ha comentado y aclarado hasta la saciedad. Sin cumplir la Constitución el Gobierno no controló la monarquía, y la prensa ante ello adoptó limitarse en cuanto a la Familia Real a las informaciones de tipo oficial. En ello además estribaba la voluntad de la misma, ignorando o afectando ignorar que son personajes públicos y no pueden permanecer en la clandestinidad.
La labor de los políticos en cuanto tales, pues el Rey encarna un papel simbólico, es merecedora de toda descalificación; sabido es, para quien ame la Historia , que la peor crisis económica que ha tenido España, en un siglo, es esta crisis política internacional, incrementada en nuestro país por Gobierno desacertados en materia de economía, la terrible burbuja de la construcción y otros “pecados”. Y, como alguien ha dicho, “ahora por parte del rey a cazar y a recaer en los emiratos”. Si la economía continúa de mal en peor, el panorama se ensombrece con rapidez, ¿qué decir de lo meramente materia política? Se le está reprochando Partido Popular el haberse dado más prisa en reinsertar a los etarras que el PSOE. Y ya se le ha dicho a Mariano Rajoy: Usted tiene que pedir permiso a sus votantes por embustero y por cobarde, reinsértese usted y váyase a su casa. ¡Dios mío, pero qué hemos votado! Vuela un chiste que dice: “Al rey le pasa lo que a España: que no tiene solución”. He consignado como epígrafe una frase atribuida al escritor y periodista británico George Orwell, el cual tiene otra con que cierro este punto: Lo característico de la vida actual no es la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
Sí, es crear una pobreza extrema en beneficio de una riqueza también extrema; es la concepción del mundo que rechaza de plano el nonagenario escritor, humanista y economista José Luís Sampedro. En una entrevista reciente -18/04/2012-, con motivo de su libro “Indignados” dice:
El sistema cultural que es el capitalismo está en ruinas ya, está desmoronándose. […]
Está pasando lo que tiene que pasar; estamos viviendo en una etapa de barbarie lo mismo
que al final de Roma y hasta que no empezó a reaccionar aquello hacia otro camino, siguió
así. […] Cuando digo barbarie no quiero decir actos violentos, que los hay, sino sobre todo
degradación de los valores. Una cultura se caracteriza por los valores que representa, por los
valores que le sirven de referente para la conducta, para actuar y para avanzar por el mundo.
Esta civilización, esta cultura, ha sustituido los valores por los intereses. Hoy la gente no se
mueve por razones de libertad, de dignidad, de humanidad; no, se mueve por razones de
beneficio. Y la crisis se ha producido por tener el beneficio, el dinero, por encima de todos
los demás valores, sustituir la ética por el beneficio material.
Más claro, agua.
Pensemos en esta situación política de barbarie actual hoy 1 de mayo, Día internacional de los Trabajadores en que se conmemora el movimiento obrero mundial, que data de 1886, en honor de los Mártires de Chicago que fueron condenados a muerte por hacer una huelga en petición de una jornada laboral de ocho horas. Bibliografía sobre esta fecha y vídeos, hay en Internet, mas también en prensa y libros de papel.
Se celebra, pues, la dignificación de la clase obrera, que fue adquiriendo amplitud en la escala social, alcanzando a la burocracia. Es un hito en los derechos sociales, y en 1927 la Constitución de San Juan es pionera de los mismos. En la época de la dictadura franquista fue llamada esta celebración San José, Obrero, transformándola en fiesta litúrgica, en 1995, el papa Pío XII. Recordemos que su anterior, Pío XI, había manifestado que el gran escándalo de nuestro tiempo es que la Iglesia haya perdido a la clase obrera. Nada más lógico y natural, la alta Iglesia no estuvo al lado del obrero nunca –a veces ni el sencillo cura rural de misa y hoya, inclinado por supuesto antaño al cacique y siempre al adinerado-, fue bastante clasista y guardo distancias. La Iglesia alaba la pobreza pero sus jerarcas se despepitan por las finanzas como queda probado adentrándose en las entrañas del Banco Ambrosiano y Banco Vaticano. ¡Cuánta corrupción hay en ello! ¿Estuvo relacionada la muerte del efímero papa Pablo I con el escándalo del Banco Ambrosiano? Además, ¿quién mató al banquero de Dios? (Perdón por la cuasi digresión, y continúo con el Día del Trabajo). Este día, decíamos, la Iglesia le camufló en su esencia; no era fiesta nacional y, aparte lo religioso, había espectáculos deportivos realizados por el Frente de Juventudes y la Sección Femenina. En suma, todo ello desvirtuado in illo tempore y hoy.
¿Qué virtud, sustancia o vigor va a tener esta fecha en este aciago año 2012? Al problema de la vivienda se suma –será para facilitarle- el de la falta de trabajo. Suena irónico cuando se va hacia alcanzar los seis millones de personas en el paro, hablar del Día del Trabajo; ocurre la ironía en su tercera acepción: “Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice”. (DAE). Tendría que ser el Día del No Trabajo por obra y gracia de los políticos. Bien dice Groucho Marx que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. ¡Hay que ver los problemas que han buscado y encontrado, como los consideran y los remedios que están aplicando! El “tú que no puedes, llévame a cuestas”; exigiendo el Gobierno apretarse el cinturón hasta al famélico o hambriento.
Ya hace una década podíamos leer en la prensa estas quejas de Horacio Sáenz Guerrero, director de La Vanguardia : A los ciudadanos nos desquician dos certezas: la del inmoral desbarajuste con que se manejan los dineros de nuestros impuestos y la de una corrupción odiosa por su origen y repulsiva por su tosquedad. ¡Y tal corrupción real, de realidad, para alcanzar su cúspide ha llegado a ser real, de realeza! Ha muchos años se viene protestando a voz en grito contra la corrupción, pero cuán lejos se estaba, al menos en el pueblo llano, de pensar que calara en la Familia Real , siempre tan blindada de opacidad. Si no hubiera dispuesto de tal blindaje, que no tenía porqué, hoy día no se vería en el descrédito, desprestigio, en que se halla, aunque se diga que el juez que sigue la causa penal contra el yerno del rey no quiere involucrar a la infanta Cristina para no estigmatizarla. Estigmatizada está ya esta familia para la Historia , continúen los Borbones o sean, una vez más, destronados.
Va a ser este 1º de Mayo un día muy triste hasta meteorológicamente. Recordemos cuando nuestra nación se definía así: “España es una República de trabajadores de toda clase”. Podemos los españoles darnos una República, que es para estar hartos del absurdo régimen monárquico, y lo más importante es que el trabajo sea lo prioritario. Relevancia potenciable de este día –según escribe el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, José Ángel López Herrerías- es el valor del trabajo como realización y aportación comprometida al conjunto de la sociedad. De este conjunto de la sociedad no quieren saber gran cosa los políticos una vez que ésta les votó. Y con y por tal voluntad ha fracasado estrepitosamente la Política , he aquí el balance al día de hoy. Las secuelas de una política de fracaso es lo que estamos sufriendo, y para mayor miedo no poder dar por cierto, ni mucho menos, que haya llegado Deus ex machina, Dios fuera de la tramoya, en el sentido de el que arregla las cosas en el momento crítico.
Por: MANUEL LÓPEZ PERALTA
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