Sólo faltaba el detalle que ahora tenemos a la vista, parece como si se siguiera la consigna: Mano dura para las víctimas y conmiserativa para los delincuentes corruptos. Ahora va a ser todo exprés, o de muy deprisa realización, se habló de divorcio exprés y actualmente el Gobierno aprueba el desahucio exprés.
Ello por si la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no fuera hartamente tendenciosa al propietario, auténtica ley del embudo, y debiera derogarse íntegra.
¿Por qué se halla tan interesado el Gobierno en que el ciudadano en paro laboral se vea inmediatamente sin techo?
Ya señalé varios de sus artículos que ponen al arrendatario a las plantas del arrendador, y esto, entre otras cosas, es lo que ha traído la política del ladrillo que aunada a la del euro y otros errores económicos y políticos, sin que deje de ser la causa decisiva el despilfarro y la corrupción, es lo que vino generando el desastre actual a que se ha llegado. El despilfarro ha sido del dinero público, entonces ¿por qué se mete también en el saco de los chorizos –políticos, banqueros, empresarios- al modesto ciudadano de a pie, y no solamente incluirle sino que pague por igual los vidrios rotos?
Opción a la lucha contra el paro.
Se prometió en la Elecciones. Pues va a ser que no. En el más de medio año que lleva este Gobierno en el poder sigue aumentando en la clase obrera y profesional, entiéndase los que se ganan la vida con legalidad, honestidad sin puestos de trabajo de camelo político que son los que deben ir al paro en su totalidad; bueno, muchos de ellos en el “paro” han vivido, sólo hicieron percibir una paga, por añadidura, elevada. Pero retomo el toque que se da al problema de la vivienda, que visiblemente implica injusticia.
Incontrovertiblemente, se mire como se mire [no siempre, como dijera el poeta Campoamor, todo es según el color del cristal con que se mire] esta modificación no revela demasiado sentido humanitario, que digamos. ¡Resolverse el desahucio en diez días! Apenas le da tiempo al arrendatario a concertar la mudanza, caso que tenga el desafortunado a donde llevarse su mobiliario. Es realmente despiadado atosigamiento al que fatalmente llega a verse en tal circunstancia.
Hacia el hundimiento del pobre.
Está visto que toda opresión al que se encuentra en situación precaria y angustiosa, es poca. La justicia contra el pobre ha de ser tajante, si se retrasa lo más mínimo en pagar al casero, quien por regla general le hace pagar una renta leonina, pues en diez días a la calle. Pero si se trata de un potentado, ya es otra cosa –ya he dicho que es conmiserativa con él-, tal individuo incluso puede figurar ilimitada relación de los corruptos con relativo riesgo de ser condenado, y siempre a la larga. No se preocupa el Gobierno de que sea lenta la Justicia, no hay porqué agilizar los delitos de los corruptos, más bien escamoteárselos indultándolos. Sabemos que así lo ha hecho el Gobierno y con quienes. Tenemos comprobado que tratándose de chorizos que sean altos políticos o banqueros la proximidad del castigo no lo es tanto. Ya no cabe comentar lo que un día leí: Urdangarín había desahuciado a un inquilino suyo en catorce días por igual débito en uno de los pisos que adquirió en Barcelona en la época que lo efectuó del palacio de Pedralbes. Inflexible el yerno del rey y muy hábil para llevar a efecto el desahucio en tan corto tiempo.
No ha hecho lo que dijo.
Mucho tiene el Gobierno que arreglar, y aseguró hacerlo, sin que hasta la fecha haya efectuado algo verdaderamente positivo. También se le puede reprochar, y ya se le ha reprochado, errores cometidos. Ello aparte de que asimismo se le puede recriminar que nada ha cumplido de cuanto prometió en las Elecciones. Es costumbre no cumplir algunas promesas electorales pero es que Rajoy lo ha hecho de la totalidad. Con ello, evidentemente, se ha auto-descalificado. Véase lo que hace por sus poderes, no por sus virtudes:
Drástica medida para desahucios.
¿Era esta medida tan perentoria en estos momentos álgidos, culminantes, de la crisis? Cierto que el inquilino moroso que ha de ser desahuciado es un caso que aumenta alarmantemente. ¿Pero por qué aumenta? Aumenta por la crisis, y ésta no la ha motivado el arrendatario de la vivienda que se ve en la imposibilidad, al quedarse en el paro, de pagar el recibo de alquiler. ¿Por qué se halla tan interesado el Gobierno en que el ciudadano en paro laboral se vea inmediatamente sin techo? Por impago ha de ser desahuciado, no lo discuto, pero ¿por qué crear rapidez en su asfixia material? Todos sabemos que el propietario de una finca urbana –luego vino la modalidad de propiedad de pisos sueltos- había de pertenecer a la Cámara de la Propiedad Urbana, teniendo derecho a servirse de ella para entablar desahucio a un moroso, lo que, como es obvio, también podía realizar con un servicio jurídico particular. Como es lógico y natural no se podía entablar un desahucio por un retraso dentro del mes en curso; bueno, que revisen la LAU actual y anterior Rajoy y la ministra de Fomento, Ana Pastor.
Mal natural.
Lo de ahora está al margen de lo lógico y natural, ya que es axiomático que no es de agilizar los desahucios de lo que debía tratarse, sino de reducirlos luchando contra el paro. Éste le arreglaría Rajoy, ja, ja, ja. ¿De verdad que pretenden aumentar la oferta y bajada de precios? ¡Vaya! Se verá si en este sentido se opera rectificación, lo que está visto es que al parado y sin medios de fortuna se le envía a toda prisa a dormir en el Metro o en el banco de un parque municipal, si los políticos no mandan a la Policía que le echen.
¡Cuán justificado está que los políticos sean la tercera preocupación de los españoles! La primera el paro, la segunda la vivienda. Mientras la sociedad civil no adquiera su lugar… ¡pobre sociedad civil!
MANUEL LÓPEZ PERALTA
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