Actualmente, por limitarme al presente, los políticos del Gobierno no están siendo útiles para solventar los problemas, y, por ello, la sociedad no cree en ellos.
Esto es así, pero hay algo peor, por si fuera poco su inutilidad: están haciendo mucho daño al país, le están oprimiendo, son meros títeres de las grandes fortunas y las grandes empresas. Éstas son las que mandan, a ellas se ha supeditado Rajoy y los “buenos” ministros que seleccionó. Así nos va el pelo.
La de hoy es esto último ante todo, ya que viene destruyendo la sociedad española en su mayor parte.Ignoro si la política es un arte, una simulación, una ciencia, una bicoca, una posibilidad o una mierda (Antonio Gala)
Pero sigamos transcribiendo el aserto:
Lo que sé es que la verdadera moción de censura debieran promoverla los ciudadanos. Indudablemente, y ya, asqueados de los políticos, se han lanzado a hacer uso de este derecho que malignamente se les escamotea, pues tal intervención mucho le duele a este Gobierno Rajoy con ínfulas de dictadura. Porque –continúa diciéndonos Gala- todos son iguales. Todos son malos. De los que nos han gobernado a lo largo de nuestra monarquía muy especial es evidente. Porque siendo tan pragmáticos, resulta que el gato blanco y el gato negro tienen, más que nada, una cosa en común: que ninguno de los dos cazan ratones. ¿Por qué entonces no echarlos de la casa? En el caso actual, además nos están arañando.
¿Falta de inteligencia o de sentido humanitario?
Arañar, en sentido coloquial, es “recoger con mucho afán, de varias partes y en pequeñas porciones, lo necesario para algún fin” (DAE). En lo del afán no cabe duda, y lo de las pequeñas porciones no resulta así en las capas débiles de la ciudadanía al no aplicar los clásicos “recortes” de modo proporcional sino igual para toda la escala económica. ¿Cabe mayor absurdo?
Pues en este nivel de intelecto se mueve Rajoy y su equipo. ¿Es sólo torpeza? Para mayor arbitrariedad lo están realizando para un fin erróneo y satánico, sabiendo o no sabiendo lo que hacen. El diagnóstico es la crisis, sí, pero no aplican, ni por lo más remoto, la debida terapia. No cazan ratones, hay que echarlos del Gobierno, habida cuenta de hallarse, cual ya he expuesto, entregados a un servicio falso, dicho de un modo sencillo, hacer multimillonarios dejando en la absoluta miseria al mayor bloque social.
La verdad pura y dura.
Fábrica de hacer pobres a beneficio de opulentos, puede denominarse el gobierno de Rajoy; persona de la que ha dicho el joven diputado de IU, Alberto Garzón, que en un país de rígida justicia estaría ya en la cárcel. No se mordió la lengua ciertamente, en televisión, y, así, proclamó que hay que cambiar de rumbo, y para cambiar de rumbo hay que cambiar de Gobierno. Indicada la finalidad de Rajoy, lo que se viene consignando por activa y por pasiva, sólo resta exclamar: Vade retro Satanás, apártate Satanás.
Son 600 desahucios de media al día y para crear más fastidio al que tiene la desgracia de verse en esta situación se ha preocupado y ocupado en inventar el desahucio “exprés” a que aludí en mi artículo anterior. ¡Caramba qué preocupaciones, ocupaciones e inventos tiene este escurridizo político! Todos estamos hartos de ver lo dado que es a hacerse el escurridizo, o sea, escaparse, retirarse, escabullirse, ello en contra de lo que prometió en su campaña electoral y de lo que corresponde en democracia.
Desolador panorama
El aspecto de conjunto de la crisis presenta mal cariz. Apuntándonos los reveses de Rajoy escribe José Oneto en “República.com”, artículo titulado A Rajoy le crecen los enanos:… una situación social que, conforme se acerca el mes de septiembre, está adquiriendo carácter de conflicto civil, que puede terminar de forma violenta, si sigue adelante esa convocatoria de “ocupar el Congreso” el día 25 de septiembre para obligar, nada menos, que a la renuncia del Rey y a la dimisión del Presidente del Gobierno, que irán seguidas de la disolución de las Cortes Generales y de la apertura de un periodo constituyente.
No caerá esta breva. Y lo mejor que podía hacer el Presidente es escurrirse de una vez por todas, dimitir. Ninguno lo hace por lo que la política tiene de bicoca y, por añadidura, cuando se deja facilita colocarse a dedo, y sin reunir la debida aptitud, en grandes destinos, donde además se le da un generoso salario.
¿Cómo se atreven, si casi todos proceden de esta manera, a hablar de buena o mala imagen? Pero además, ¿qué peor imagen se puede dar que los dictados, actuación política, del presidente fantasma en cuestión, incluida su benevolencia que le lleva a indultar a cacos? Es incuestionable que no hay otro camino para la salvación de la generalidad de la ciudadanía que el mutis del señor registrador. Por cierto, se dice que continúa como tal en un pueblo; de no ser falso, es lo que faltaba para descalificarle. Ah, pero él y sus ministros se han bajado el sueldo un 8%; cabría preguntar qué sueldo, él tiene dos, Cospedal tiene dos, y para qué seguir enumerando.
Los que dan imagen esperpéntica y son de ruina moral.
Imputa el Gobierno al alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, estar dando mala imagen de España, ¡ahí es nada, y por tan fútil motivo!Existe, desde luego, gran distancia de sentimiento humanitario entre quien dicta que a los diez días quede resuelto un desahucio urbano y quien manifiesta que solicita a los bancos paralicen los desahucios a los que peor están pasando la crisis. Los bancos no son esos caseros a que alude Ana Pastor, justificando a Rajoy, los cuales necesitan de la renta inmediatamente porque no tienen otro medio de vida que el producto de ese piso, dos o tres.
Si al Gobierno le preocupa la imagen de España en el extranjero –también debiera importarle en nuestro entorno-, por qué no la persigue y castiga con tenacidad. Aunque se trate de políticos y de banqueros. Estos chorizos también se “hicieron” en la Familia Real, y aún menos, si cabe, se da por enterado. ¿Ayuda a la Justicia? Ninguna. ¡Y mientras no la obstaculicen!... Ya comentó el sindicato Manos Limpias, y yo lo referí en su día, el probable capote echado a la infanta Cristina por el político Ruiz-Gallardón. En definitiva, ante el extranjero carecemos de crédito material y moral.
¿Cabe mejorar de imagen?
Decididamente, NO. Si para cambiar de rumbo, hay que cambiar de Gobierno, asimismo para cambiar de imagen. Con estos mandatarios no se puede mejorar nada de nada. ¡Pero si aún hablan de nuevos recortes! Y la lucha que en su defensa ha iniciado ya la sociedad civil la empeorará, si bien mejorará la opinión hacia la misma.
MANUEL LÓPEZ PERALTA
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