Plutocracia contra el Estado del Bienestar

El Nuevo Orden Mundial pretende una sociedad global esclavizada al servicio de los poderosos, la plutocracia. Solo nuestro activismo puede impedirlo.

La actual lucha de clases se inició hace unos cuarenta años, entonces la clase poderosa  inició una guerra unilateral contra la sociedad global que ha desembocado en las sucesivas y ficticias crisis que se han producido desde 2008. 

La plutocracia en el plantemiento de Noam Chomsky

Escribe Noam Chomsky que el mundo se ha dividido en dos grandes grupos: la plutocracia y el resto de mortales.

La plutocracia, un grupo superpoderoso que acapara todas las riquezas.

La sociedad global, en la que una minoría rica conocida por el 1 por ciento que es la que organiza y distribuye los recursos y el resto prácticamente no disfruta para nada del valor añadido de la producción, lo que recibe erróneamente la denominación de crecimiento económico, y que está soportado en un sistema de  distribución y aprovechamiento erróneo de recursos que destruye el orden natural.

Personalmente incluiría otro grupo a caballo entre el 1 por ciento y la mayoría huérfana al que denomino “élite o poqueña burguesía”, los capataces con látigo, esclavos de los que se sirve ese uno por ciento; meros desgraciados que sueñan con pertenecer al famoso grupo director.

La lucha de clases, el origen de nuestro final

El mundo ha llegado a ésta situación porque la archiconocida “lucha de clases” concepto fundamental del marxismo, en estos últimos cuarenta años ha invertido sus términos. En la segunda mitad del siglo XX ha sido la clase todo poderosa la que ha unilateralmente ha desenterrado el hacha de guerra contra la clase trabajadora, rompiendo así un equilibrio informalmente pactado en la época a la que se le denominó “edad de oro del capitalismo de Estado” y que hizo posible la ilusión de un horizonte llamado Estado de bienestar.

Precisamente ésta confrontación unilateral de la élite todo poderosa contra la fuerza trabajadora ha tenido como primera consecuencia la desaparición de la llamada economía del Estado del bienestar y el retroceso de los derechos adquiridos a la época anterior a los últimos treinta o cuarenta años.

La crisis del 2008 no es más que el inicio de una serie de ataques basados en el engaño contra la sociedad global, trasladando la función protectora social del Estado hacia una función garantizadora del nuevo equilibrio (desequilibrio) económico, el Nuevo Orden Mundial.

Hemos llegado a una situación que no tiene marcha atrás y que ha sido producida por la guerra unilateral del poder financiero contra el resto de clases sociales del mundo global. Y ésta situación no podrá invertirse sino con el empleo de la fuerza.

Solo las acciones y movilizaciones sociales sin frenos artificiales podrán hacer frente a ésta batalla que pretende nuestra aniquilación social. Golpes infalibles, duros y precisos contra la base del sistema financiero seguidos de otros a más largo plazo que ponga en evidencia la injusticia y la ilegitimidad de los poderes económicos y políticos que gobiernan nuestras vidas para extirparlos, aniquilarlos, eliminarlos desde la raíz, suprimiendo así su poder actual.

Una reacción de la sociedad global usando su arma más preciada, como es la de superar en número a la minoría poderosa es el único camino que podemos elegir para alcanzar la victoria en una batalla que no hemos iniciado.

Las tácticas en ésta confrontación a la que nos vemos obligados son entre otras:

-La desobediencia civil,
-Movimientos sociales activos,
-Asociaciones y organizaciones sociales encaminadas a instaurar una nueva forma de representación política que ponga las riquezas al servicio de la sociedad, una economía cuyos pilares sean el bien común.

El activismo social frente a la pasividad actual es el único cámino para salir de la barbarie a la que nos está conduciendo  un Estado injusto al servicio de la Plutocracia. ¿Ves otra solución?.