Al parecer, aquí, un colectivo de macarras, convierten al Estado en su puta particular, a quien exigen cama gratis, con imposición de impunidad a pesar de su condición de proxenetas financieros y de estar incurriendo en acoso y maltrato socio - económico continuado.
Puñetera manía en disfrazar la realidad!.
Menudo empeño en tirar de eufemismos para camuflar obscenidades!
Joder, vaya descaro!.
Ahora resulta que los políticos, auténticos mamporreros de los mercados, después de consumar su repugnante tarea plegándose a las exigencias de los mandamás de las finanzas, por medio de embustes e incompetencias, versionan ante unos burlados electores una farsa antológica con la intención de hacernos creer que el famoso rescate de adscripción, resulta ser una ayuda financiera, un préstamo preferente a intereses mucho más bajos que los del mercado y como grotesca justificación, se amparan para acoplamiento en la existencia de unos deberes pendientes, en clara alusión al saneamiento bancario, a la recapitalización del sector, que un trienio atrás habían afrontado el resto de los Estados de la UE.
Desafortunada sintonía al intentar establecer contraste de equivalencia entre ambas intervenciones, pues mientras el llevado a término por el resto de países de la zona euro fue una intervención de reajuste para inyectar solvencia efectiva a su banca, el actual rescate de salvación de las entidades españolas, lo es, como consecuencia de su descapitalización, fruto entre otras causas, del continuo saqueo y latrocinio, cuya autoría de responsabilidad, no solo ha de recaer en los ejecutivos bancarios, sino también en el resto de los participantes, políticos y sindicalistas de todo signo, es decir, los miembros al completo de los consejos de administración de las entidades implicadas, quienes durante años, no dejaron de llenar sus alforjas a manos llenas, y ahora por pura lógica, son los menos interesados en poner luz y taquígrafos a la investigación del escándalo de sus perversiones.
Por tanto resulta inaudito que sin previa expurga de responsabilidades, el Estado asuma a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el papelón de receptor - avalista de esta operación de rescate puro y duro, cuando, contrariamente a lo que se insinúa, la causa, no fue generada por excesos del gasto público en economía social, sino que fue provocado directamente por el sector privado que amparado en la mas absoluta desregulación, campó a sus anchas por la desmesura inmobiliaria y la desenfrenada avaricia especulativa.
La verdad, esto no tiene nombre!.
Al parecer, aquí, un colectivo de macarras, convierten al Estado en su puta particular, a quien exigen cama gratis, con imposición de impunidad a pesar de su condición de proxenetas financieros y de estar incurriendo en acoso y maltrato socio - económico continuado.
Y mientras esta situación surrealista se consolida, los impunes del descalabro bancario, toman posición de dominio amenazando la estabilidad del sistema como consecuencia de una alarma social creciente.
Con todo, mientras su juerga continúa, y se acentúa el escándalo con el atraco de las preferentes, los protagonista se envalentonan, al comprobar que desde el foro político, en vez de demandar vía urgencia la intervención de la judicatura en expurga de responsabilidades, reciben el espaldarazo de aplazar sine die, la investigación de los hechos. Extraña actitud de tapadera, toda una liquidación en rebajas.
Pero aquí, quien es quien?.
Dudosa interrogante, pues no es de recibo que la representación ciudadana intente combatir el mal, negando, extirpar el nódulo de su origen, toda vez, que tan extraña actitud no tiene justificación posible, pero si abre cancha para que proliferen las mas extravagantes conjeturas sobre la existencia de una supuesta trama de intereses compartidos,y la condonación millonaria de la financiación de las organizaciones políticas.
Y mientras ese intuido tufo a corrupción, circula por las alcantarillas del subsuelo democrático, en la superficie social, los autores de tan rocambolesca operación, hacen esfuerzos por sembrar la confusión, intentando convencer a la ciudadanía que la factura de esta nueva odisea mercantilista corre a cargo exclusivo de la banca receptora.
Sibilino engaño, pues es harto sabido que los intereses que el Estado ha de pagar por esa deuda como receptor - avalista a través del FROB, computarán a todos los efectos como déficit, lo que generará un incremento de obligaciones, o lo que es lo mismo, forzará un nuevo ajuste con repercusión finalista en el contribuyente, quien en síntesis, será realmente el sujeto pasivo obligado a pagar las consecuencias.
Sin embargo al margen de lo dicho , a estas alturas es inútil negar la necesidad de esta inyección de capital en el circuito financiero , lo que sí es discutible, es el método y sistema a seguir, al igual que el ámbito de receptores a cubrir.
Por tanto, habida cuenta de la envergadura de la actuación y la forzada implicación del Estado, en buena lógica la situación exige clave de blindaje, a través de la nacionalización efectiva de aquellas entidades que incapaces de sanearse por sí solas solicitaran auxilio público, y el cierre de aquellas otras de contrastada inviabilidad.
En resumen, todo lo exigible , para que el Estado no venga expuesto a seguir ejerciendo de puta.
Xosemanuel Galdo-Fonte
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