EMPRESAS AL ABISMO

Increíble, pero a pesar de su manifiesta opacidad, ellos van de estrellas. Al parecer la negación de la clase política es inusitada, tal es así, que mientras se desmorona el tejido empresarial, en tanto la inactividad estremece a los sectores productivos, sus señorías, en vez de centrarse en el problema y tomar cartas en el asunto, derivan por la tangente empeñándose en interpretar las sinfonía de los mercados como única partitura de solución, acogiéndose de ese modo, a esa estupidez recurrente que otorga a la fluidez del crédito propiedades milagrosas, o lo que es lo mismo, la condición de panacea de todos los males.

Pues si que vamos bien..! La clase política sigue ensimismada en la abstracción, o lo que es peor, niega todo rigor a la etimología de los hechos Muestra de ello, es el reconocimiento dominante a la presión financiera en detrimento de la hegemonía productiva, un inexplicable despropósito, cuyo objetivo no es otro, que seguir facilitando el triunfo de la economía especulativa sobre la economía real. Curiosa fórmula reactivadora! . Mientras aspectos como la deuda soberana o la prima de riesgo, llevan la palma en el ranking de la preocupación de la familia política, para ellos, resulta anecdótico, que una de cada tres empresas hayan cerrado desde el origen de la crisis, es decir, al parecer no toma sensibilidad destacada, que 500.000 negocios (200.000 PYMES y 300.000 AUTÓNOMOS) tuviesen que salir forzadas del circuito mercantil.

Ciertamente, la limitación de crédito o la morosidad pudo influir en la causa de la tendencia, pero la razón promotora de esta caída desproporcionada, hay que localizarla, en la debilidad del propio sistema productivo, caracterizado por notorios desequilibrios en su estructura intersectorial, influida por el insensato empuje de los mercados. Ello hizo que cuando la construcción como sector dominante entró en declive por efecto de atomización, arrastrara en su desplome al conjunto de empresas de actividades afines, vinculadas y dependientes. La sísmica del terremoto causado por la especulativa de los mercados financieros, había producido un cataclismo inédito, por cuanto, sin afectar a la estabilidad de lo construido, si perjudicó sus activos de inversión, paralizó el desarrollo de la actividad y destruyó cientos de miles de empleos.

Siendo sus efectos colaterales el factor causante de la crisis sistémica y concluyente de la ineficacia del actual modelo económico. Por mas nostalgia que tengamos de aquel ensueño en el que España era la octava potencia económica mundial , la realidad no admite fantasía. Ahora lo real es que hemos entrado en un cambio de ciclo y esta circunstancia, determina, que por mas medidas financieras que se tomen no existirá transformación efectiva ni salida de la crisis, si dichas medidas, no vienen precedida de un ordenamiento y reajuste previo de los segmentos productivos que racionalicen su estructura y dinamicen su funcionalidad operativa. Las variables habidas desde el año 80 en el porcentual de la Estructura del PIB por sectores económicos, refuerzan el argumento expuesto, y así, analizando la mutabilidad del periodo de los distintos segmentos productivos, el contraste habla por si solo.

El sector servicios se convirtió en un refugio de aparente fortaleza, y su ascenso en la etapa, pasó desde el 56,5% al actual 71,2%, notorio incremento, pero expuesto a variables por su fuerte dependencia intersectorial. La industria con su actual 16,9%, cae desde el 23%, debido al descalabro de actividades estratégicas como la siderurgia o el naval. El sector agrario pierde su participación relativa en el producto total al descender desde el 7% al 3,1%, mayormente por su ajuste a las directivas europeas, por último, a pesar de su caída, la construcción sigue aportando al PIB el 9,2% cuantía aún superior al 7,9 % de su origen referente , pero inferior al 11,6% de su repunte más álgido.

La fuerza de los datos no deja lugar a la ambigüedad, quedando probado que con esta mezcla sectorial, y las actuales políticas del gobierno de Rajoy, la resurrección empresarial del país se antoja cuanto menos imposible. Por si fuera poco, para mayor inconveniente se evade lo fundamental en todo ajuste diversificador, que pasa inexcusablemente por la formación y especialización integrada, por ser la cualificación del capital humano, la mas eficaz herramienta de reconversión y la clave inequívoca para articular un nuevo orden empresarial, como también, la única solución para facilitar en el nuevo contexto, la recolocación de los excedentes de sectores agotados y la integración laboral de los demandantes del primer empleo. Mientras aquí las empresas se precipitan al abismo, el PIB per cápita se desmorona más allá de la media europea y la tasa de paro mantiene su índice en ascenso, la clase política, evita cualquier intervención ajena a la guerra de los mercados. Esto resulta kafkiano..!

EMPRESAS AL ABISMO

 Xosemanuel Galdo-Fonte