La pirámide neoliberal que tu aceptas



¿Te vés reflejado? No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Tus hijos, nuestros hijos, nos odiarán por ello. La sangre que no hemos
querido derramar, a ellos les tocará entragarla.



Estudios varios demuestran que los usuarios tardan cinco segundos en dar una ojeada a los artículos y  pensamos que estamos en el primer mundo, que somos tecnología y que la web 2.0 es información, tecnología, saber y cultura. No solo estamos engañados en el mundo real, también nos timan en el mundo virtual.

La pirámide neoliberal que tu aceptas y que no quieres ver.

Gana cinco minutos de tu vida o deberiamos decir recupera cinco minutos de la vida que te roban y lee tranquilamente como se compone la pirámide en la cual te has dejado envolver y cuando vayas a la cama piensa que eres un inútil y que no solamente no te quieres a tí, tampoco quieres a tus hijos.

Tus hijos te odiaran por cobarde.

La sangre que tú no quieres dar para defender tus derechos la perderan tus hijos. Esos niños inocentes a los que das el beso de buenas noche, te odiaran, nos odiaran, por haberlos abandonados hoy en día.

No hay ningún documento, ningún contrato que te obligue a defender el bienestar actual y futuro de tus hijos. No es necesario, teóricamente la fuerza de la sangre suple cualquier acuerdo y compromiso por escrito, pero incluso aquí la mal llamada raza humana ha fallado a la Naturaleza.

Ellos controlan a los políticos,
controlan el Estado
controlan los alimentos
controlan el dinero
controlan la sanidad
controlan lo que lees
controlan lo que estudias
controlan lo que tus hijos van a estudiar
controlan tu tiempo
te controlan a tí, a tus hijos, a tus hermanos, a tus vecinos, a tus amigos.

Rompe con el miedo, rompe con tu cobardía

Decide donde debes romper la pirámide, para que al menos tus hijos se salven y no te odien cuando sean mayores.

¿Cuantos inocentes han muerto? ¿Cuantos se han quitado la vida?.

La crisis que han creado los ricos han podido sobre ellos. A los supervivientes nos quieren quitar nuestra sanidad gratuita, nuestras universidades, nuestras viviendas, nuestras ilusiones.

¿Quién se preocupa de los millones de personas que han quedado en el paro, en la cuneta? sus problemas, el alimento de sus hijos, su salud, sus estudios, a nadie interesa.

Han muerto inocentes y les hemos olvidado al día siguiente.

¿Cuantos culpables han caido?.
Y ¿somos nosotros el pueblo los que pedimos justicia,  cuando con nuestro silencio aceptamos y apoyamos la pirámide de injusticia ?.

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