En el centro de éste caos en que el sistema financiero neoliberal nos está metiendo con la ayuda de nuestros políticos, me preocupa el silencio cómplice de la Iglesia. Solo la voz de una monja clama justicia.
¿Dónde están los curas obreros, o los que escondían a etarras de la persecución de la justicia?
Si el monarca cada año nos amarga las fiestas navideñas con un discurso estúpido, digno de reyes a lacayos, la iglesia es la protagonista de otro discurso anual la famosa "X" en la casilla de la declaración de renta, a cual más interesado, falso y desleal.
Desde la última campaña de IRPF por más deshaucios que se han producido, por más recortes sociales que hemos sufrido, la Iglesia ha callado, como atestigua el dicho castizo, "como puta en Cuaresma".
Le quitan el derecho a la asistencia sanitaria a los más desfavorecidos y la Iglesia con su silencio se esconde y abandona a los más débiles.
Quien quiera entender que entienda.
Soy consciente que hay parroquias, grupos católicos que están ayudando a los necesitados, están en su obligación, son esclavos de sus mentiras, pero es también obligación de la Iglesia enfrentarse al poder que legisla contra los débiles.
Desde el parroco del último pueblo recóndito, hasta el papa Benedicto XVI, pasando por obispos, cardenales y demás jerarquía eclesiástica, están en la obligación de cumplir con lo que predican y enfrentarse al poder económico y politico; exigir el respeto y la defensa de los más desfavorecidos, están obligados a exhortar al pueblo para que luche por sus derechos y luchar junto a los ciudadanos y no a callarlos y conformarlos con las limosnas que cada día reparte en forma de ayudas pactadas. Pues en éste caso la Iglesia se convierte en cómplice de los abusos y robos del Gobierno.
Esta estafa llamada democracia ha acabado con figuras que eran las bases populares para una democracia real. Curas obreros, estudiantes inconformistas, dirigentes obreros indignados, todos han sido eliminados para que una falsa ocupe su lugar, con el beneplácito de esa misma Iglesia que permitía a Franco ir bajo Palio.
Una voz clama en el seno de la Iglesia.
No es la voz de Rouco Varela que se preocupa estos días de la fé de los jóvenes y del peligro que Eurovegas representa para la moral de la juventud.
Aparte de la preocupación del poder eclesiástico de la moral y las buenas costumbres (de los jóvenes de dercha), ¿dónde la preocupación por los sin papeles que enfermen en Castilla la Mancha, los sin techo, los despidos múltiples, los recortes del gobierno? Es que éstos desvarios criminales no afectan a la moral de toda una sociedad.
La voz que se escucha es la de una monja Benedictina, Teresa Forcades, la única que ha gritado para que no se reconozca la deuda externa, la que denuncia desde sus hábitos religiosos que se está desmantelando el Estado de Bienestar que según sus plabras, ha costado sangre y revoluciones en el siglo XX.
La única voz desde la Iglesia, la de Teresa Forcades, ha sido la que se ha atrevido a pedir llevar a los políticos a la justicia por la crisis económica, provocada por no haber sido capaces o no haber tenido voluntad de regular al sistema financiero.
Teresa Forcades pregunta:
‘¿Quién toma las decisiones? ¿Quién regula a quién las toma? ¿Quién las conoce? ¿Quién tiene la responsabilidad de estas decisiones? La falacia del libre mercado esconde dónde y quién las regula. Es un eufemismo o una burla hablar de libertad en el mercado. Las grandes empresas que se deslocalizan cada día lo tienen más fácil para operar a nivel internacional, mientras que los trabajadores no, cada día tienen leyes de inmigración más estrictas y tienen el movimiento más controlado. No forman parte los trabajadores del mercado en este sentido amplio? Se puede considerar pues libre este mercado si no contempla todos sus miembros? ‘Forcades anima a la ciutadanía a convocar una huelga general indefinida "como forma de protesta ante un gobierno que actúa contra el interés general".
¿Cuándo se va a posicionar la Iglesia junto al débil? ¿cuando va a pedir justicia?.
3 comentarios:
De acuerdo en todo salvo en una cosilla: lo de la sra. Forcades me huele a coartada.
¿Cómo es que aún no la han echado? ¿Porqué sigue ella dentro? ¿No será que alimentan la imagen de iglesia progresista como cuando lo del Vaticano II, los curas obreros y demás, la mayoría de los cuales se salieron? Salvando las distancias, me recuerda a Rosa Díez, cuando era del PSOE.
Algo así como esos cristianos de base -conozco a algunos- que no le dan trabajo a familiares directos en paro porque "no hay que mezclar negocio y familia". Y es que ser democrático en una institución, nada menos que, teocrática es un absurdo imposible.
No, no me la creo: soy vejete ya y he visto muchos casos de hipocresía. Al final ...
Naturalmente puedo equivocarme y cualquier día se sale y apostata: ¡vaya Vd. a saber!.
Abundando en lo anterior, sugiero la lectura del artículo de Puente Ojea, publicado en "El Mundo" el 19/10/94 y titulado TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN.
Lo incluyó en su libro ELOGIO DEL ATEÍSMO, Siglo XXI Editores, 2ª edición, 1995, págs. 285 y ss.
La misma duda tengo ¿cómo es que está aún en la Iglesia?.
Lo de hipocresía puede ser, pero llamar al pueblo a movilizarse es algo que no creo forme parte de un papel estudiado.
Enfín el tiempo lo dirá.
Gracias por la reseña.
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