Globalización y justicia social

El poder económico de grupos minoritarios y los fines pocos loables que persiguen, ponen continuamente en tela de jucio el equilibrio de beneficios del binomio globalización y justicia social . Las normas y controles para evitar los desatres que la caida de las barreras económicas ha llevado y lleva a paises en desarrollo no sirven para nada, son inútiles.

Si aislamos el término globalización del poder financiero y por tanto de sus connotacion capitalista, podriamos afirmar que ha sido medio de oportunidades para el desarrollo de muchos paises y de sus ciudadanos, pero éste fenómeno económico,  ha aparecido como necesidad de superviviencia del sistema  capitalista y ello ha motivado que esta libre circulación de capitales y mercancias, va acompañada del libre quehacer capitalista, ingerencias sociales y políticas, acumulación de riqueza, exportación del consumismo y explotación privada de bienes públicos sin control estatal.

La interconexión exconómica mundial, en contra de lo que debiera haber sido,  ha motivado  mayores diferencias y desigualdades en multitud de paises, ha agravado la pobreza y pone en peligro la democracia. Se ha extendido igualmente a paises de dictadura comunista, obviando ésta forma de gobierno, sin críticas y en cierta medida propiciando su defensa. Globalización y justicia social son términos excluyentes. El capitalismo que se fundamenta en el concepto democrático del libre acceso a la propiedad privada,  ante regímenes autoritarios semejantes actúa en ciertos casos penalizando las dictaduras cuando se dá en paises pobres, como por ejemplo Cuba o bien admitiendolas e incluso guardandose de criticarlas y penalizarlas en paises con potencial económico alto, como es el caso de China.

Esta globalización capitalista, potencia,  permite y necesita de injusticias sociales. Así pues, las desigualdades entre los paises ha aumentado drasticamente, si en 1960, la diferencia de ingresos entre el quinto país mas rico y el quinto más pobre de la población mundial eres de 30 a 1, 40 años despues esta diferencia es de 74 a 1.

Durante estos últimos cuarenta años hemos comprobado que el movimiento globalización y justicia social son incompatibles.  Es urgente pues el control, a traves de normas y reglas que frene su ataque actual en pro de una mayor y justa prosperidad. El progreso economico globalizado debe estar en sintonia con la justicia social y la prosperidad y no al contrario. Por muchas normas que emita la OIT, por mucho control que realice, es más cómplice del capitalismo que en vigilante del cumplimiento de las normas.

La realidad es bien distinta, los motores de la globalización son  transnacionales y grupos financieros y solo actuan por impulsos irracionales para la  acumulación de riqueza e incluso organismos como el FMI, el BM, son meros instrumentos al servicio de los poderes financieros. La ausencia de fronteras al comercio, el movimiento de capitales se ha convertido en un medio de supervivencia del capitalismo, mayor consumo y mayor producción como medios de acumulación de riqueza, en manos de unos pocos. El mundo al servicio de una minoria rica y poderosa, para la que solo existe la riqueza y no conoce de justicia. Globalización y justicia social tiene que ir controlada y dirigida por organismos autónomos, independientes y desligarse del poder financiero. Hay que controlar a los mercados financiero desde sus origenes evitando la pandemia de desigualdad e injusticia que se transfiere a través de la globalización económica.

El FMI y BM no sólo destruyen masivamente empleo, tras sus emprestitos impidieron a los países a alimentar su población, privatizaron los servicios públicos básicos, financieron la extracción de recursos no-renovables y obligaron a desregular la industria financiera, sino generaron un inmensa deuda externa e ilegítima, que es una de las causas estructurales de la pobreza en el mundo. Con el fortalecimiento del FMI y BM, triplicando los recursos a su disposición, se provoca una nueva crisis mundial de la deuda que profundizará las desigualdades. (Fuente: Ecologistasenacción.org).

Cuando un país en desarrollo precisa de financiación, el Banco Mundial y el FMI aportan la financiación  para que el pais prospere, pero la letra pequeña de éstos prestamos internacionales está redactada por las transnacionales. En la letra pequeña se obliga a estos paises, a la privatización de servicios públicos, a la ejecución de los proyectos financiados por parte de transnacionales, que acuden al país no a ayudar al desarrollo y a la prosperidad, sino a maximizar beneficios, con la minima inversión, lo cual conlleva desempleo, sobre explotación de las riquezas autóctonas y finalmente exportación de los beneficios, para pagos via dividendos a los socios capitalistas.

En Mayo del 2010 veinte empresas europeas fueron acusadas de la violación de los derechos humanos en sus explotaciones en America Latina. Estas empresas fueron puestas en los paises en desarrollo de la mano del FMI y del BM. Es pues necesario actuar en contra del poder capitalista y de los grupos financieros, para que cumpla con su objetivo de reparto de riqueza, desarrollo e impulso de la  justicia social en los pueblos que más la necesitan. Hay que quitar poder a estos organismos FMI, BM, una nueva OIT, en dependencia de grupos y asociaciones sociales mundiales, independientes de los poderes capitalistas.

Todo lo aquí comentado podemos completarlo en lo que pudiera ser un caso real de globalización:
http://ultimasnoticiaspress.blogspot.com/2010/12/la-globalizacion-se-entiende-como-la.html