Resolución de las Naciones para Somalia. Es ¡Urgente!

A falta de una Resolución de la Naciones Unidas para ayudar a la población en Somalia, algunos bebés abandonados con dolor y por amor, en el desierto,  reciben la única ayuda que sus madres pueden darle, la de una muerte rápida, aunque indigna. Pido a la ONU, a la OTAN, al FMI, al BCE, a los mercados,  solo un día para ellos, para los Sin Nada.

Una Resolución de la Naciones Unidas para salvar la vida en Somalia: ¡es urgente!


En Somalia las madres se ven obligadas a abandonar sus bebés en el desierto. La desesperación ha llevado a algunas mujeres a dejar a sus hijos más pequeños en los caminos del desierto.

La ONU declara a Somalia zona de hambruna, pero las resoluciones de las Naciones Unidas se inventaron por las grandes potencias con derecho a veto, para catalogar a las guerras como justas y bajo la excusa de "proteger a los civiles" asesinar, cambiar gobiernos, extender el imperialismo económico y sembrar el terror en el mundo.

¿Porque no una Resolución de la ONU que obligue a los gobiernos, que obligue a la OTAN a cargar sus aviones, no con bombas, sino con alimentos, con ayudas médicas, con medicinas requisadas a los grandes laboratorios para ayudar a la población civil del cuerno de Africa?. Esta teórica resolución seguramente sería vetada por EE.UU. o cualquier otra  de las potencias con derecho a voto, no serviría a sus intereses.

Que duro e insoportable tiene que ser para una madre decidir abandonar a un bebé enfermo para que sus otros bebés tengan al menos la posibilidad de vivir unos dias más. Cualquiera de nosotros se volveria loco como consecuencia de la inolvidable mirada del bebé abandonado. En cambio esas madres vivirán el resto de sus vidas perseguidas por las miradas de sus bebes, abandonados bajo la sombra de una acacia y su dolor no podrá ni tan siquiera refugiarse en el olvido que la demencia otorga, porque ha sido un acto de supervivencia para con sus otros hijos, abandonan sus bebés, los mas pequeños, los enfermos, por amor.

En occidente mientras tanto seguimos luchando en guerras justas bajo el beneplácito de las resoluciones de las naciones unidas y preguntandonos si la visita del Papa es económicamente rentable. Sin pararnos a pensar, sin querer saber nada de esos bebés somalies que quedan en las cunetas de los caminos,  en espera de la mejor ayuda que reciben, la de una muerte rápida. Que fácil sería destinar lo que cuesta un día de bombardeo, un día en Afganistan, una milésima parte de los beneficios de un día de los mercados,  a salvar vidas humanas.

El mundo rico, poderoso, guerrero, injusto, trabajador, debería al menos dedicar  un día, a esos niños, a esas madres, a esos Sin Nada,  que sufren y  que ven en la muerte la mejor de las ayudas. Nunca jamás una madre debería volver a verse obligada a abandonar a un bebé bajo la sombra de una acacia.