La celebración de un crimen

Bin Laden ha muerto y el mundo civilizado lo ha celebrado con una explosicón de júbilo y de justicia. En ningún caso un crimen debe ser motivo de celebración y menos por dirigentes políticos mundiales, que demuestran lo vano de su moral y se ponen a la altura de los criminales que asesinan.

Es horroroso contemplar como la venganza es motivo de alegria y de celebraciones, es realmente decadente leer las muestras de alegria, las muestras de triunfo por el asesinato de Bin Laden. El asesinato de cualquier ser humano no debe ser motivo de mofa, ni de celebraciones, la venganza no cabe enn  un mundo que se autoproclama civilizado y demócrata,  y que resuelve sus problemas mediante el asesinato. Un mundo tan ruín, tan oscuro y una civilización que defiende el crimen, el asesinato,  está en decadencia y en un abismo moral que llevará a unas consecuencias incalculables.

Es vergonzoso comprobar como un presidente que se dice democrático, califique el asesinato de Osama Bin Ladem como de justicia y victoria, "al fin se ha hecho justicia" ha dicho Obama, y más vergonzoso que una población aclame y festeje este tipo de justicia. Es vergonzoso leer la misiva en la que un presidente de gobierno, Zapatero,  que defiende publicamente  la democracia y el Estado de derecho , felicita a Obama, por el asesinato de un enemigo, aunque sea terrorista.

La institucionalización del crimen por parte de los gobiernos y por parte de los ciudadanos que lo apoyamos con nuestro silencio es un paso al vacio, es el declive anunciado de una civilización.