Valores que conforman el llamado "estado de bienestar" |
Sarkozy anuncia una nueva Europa, pero no dice que ésta alternancia va a alejarnos aún mas del bienestar social, lo cual significa, que desde el punto de vista de los derechos humanos entramos en una etapa de desequilibrio en la justicia social, un incumplimiento de los derechos humanos en los próximos años. Vemos impasibles que la inequidad avanza día a día; derechos adquiridos y jamás impensables de desaparecer se esfuman ante nuestros ojos. Estamos asistiendo a la quiebra del estado de bienestar.
Si analizamos la definición de justicia social aislandola de la justicia legal, relacionarremos la justicia social como la situación de equidad, igualdad, que debe imperar en la sociedad para que los ciudadanos puedan desarrollarse en igualdad de condiciones, al menos mínimas.El concepto opuesto será por tanto desigualdad, inequidad quiebra de la justicia. El estado de bienestar se sustenta sobre unas bases en las que impera la justicia social activa y en contínuo desarrollo de forma que envuelva el quehacer diario de la vida de las personas.
Considerariamos un estado de bienestar ideal como aquel en el cual hay ausencia de desigualdades no naturales (inequidades) y que se consideran básicas e indispensables en el desarrollo de cualquier ser humano, por el simple hecho de haber nacido. Yo diría que incluso es anterior al nacimiento, porque la apología del aborto, que no la libertad de elección, es ya de por sí una injusticia sobre el no nacido.
La justicia social tutela el bienestar de cualquier ser humano a su propia identidad, a la supervivencia, a la educación, a la libertad de expresión y a ser considerados con dignidad y respeto.
Cuando el equilibrio en algunos de estos factores se pierde entramos en una situación llamada de inequidad que pone en riesgo la sociedad del bienestar. La inequidad es una desigualdad producto de dos factores, una situación injusta y que ésta pueda ser evitada.
La justicia social está presente pues, en el llamado sociedad del bienestar. La existencia de clases sociales que conviven y se respetan no implica un desequilibrio de la justicia social, siempre y cuando a todas las personas, en éste caso, menos favorecidas se les garantiza de manera digna su supervivencia, educación y sistema de salud y no exista discriminación.
La quiebra de la sociedad del bienestar surge con la ruptura de la justicia social, y ésto se vislumbra actualmente, por percepción propia y llevará inevitablemente a conflictos entre clases, como el actual movimiento de indignados, que se está gestando a nivel mundial, en los últimos meses.
Los comportamientos, actitudes y estructuras tanto de los ciudadanos, como de las instituciones pueden apoyar o negar la justicia social.
Podemos acudir a tres documentos mundiales, básicos que diseñan el camino para que la sociedad del binestar no quiebre.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Declaración de los derechos del niño (1959)
Convención de 1989 sobre los derechos del niño.
Y a un documento básico de cada país: La Constitución.
Solo dos países no han ratificado la Convención de 1989, Somalia y, como no, Estados Unidos.
Determinantes de la inequidad.
1.- El aumento en la brecha ricos-pobres, acompañado de una mala redistribucion de la riqueza.
2.- Previsión social inadecuada.
3.- Desigualdad de oportunidades en el acceso a una educación de calidad.
4.- Baja capacidad de acceso al trabajo.
5.- Dificultad de acceso a servicios comunes por haber sido privatizados (agua, universidad, salud, asistencia a mayores y o dependientes etc).
La pérdida del camino del estado de bienestar llevará irremediablemente a la generaciones futuras a la pobreza, a la ignorancia y a la mala salud.
Las nuevas medidas consecuencia de la crisis que nos han fabricado está dando lugar a un retroceso en los derechos económicos y sociales, que son tan importantes como los civiles y políticos. El estado del bienestar que habiamos alcanzado en éstos últimos cincuenta años, impensable de perder, vemos como día a día se nos escapa, se esfuma de nuestras vidas. Se están perdiendo derechos que eran impensables de perder, la situación en estos momentos es de quiebra total de nuestros logros sociales. Pongamos el ejemplo más general que se está produciendo en nuestra asistencia sanitaria, garantizada por la Constitución, todo ciudadano tendrá derecho a la asistencia sanitaria. Acabamos de comprobar como comunidades autónomas están retirando, en contra de nuestra carta magna estos derechos a desempleados que han agotado la prestación por desempleo.
El estado de bienestar mantiene al hombre alejado de los males que siempre nos ha amenazado y que relaciono a continuación. Una vez leidos podrá decirme si estamos no ya ne peligro sino en pleno proceso de quiebra de éste concepto social y económico.
El Estado de bienestar nos proteje de:
La pobreza
Desempleo y formas similares de Inseguridad Social.
Enfermedad y dolor.
Crueldad penal.
Esclavitud y otras formas de servidumbre.
Discriminación racial y religiosa.
Falta de oportunidades educacionales.
Diferencias rígidas de clase.
La guerra.
Precisamente todos y cada uno de estos puntos están en peligro. Está claro pues, que estamos asistiendo a la ruptura del estado del bienestar. Jamás hubieramos pensado en la privatización de la educación, en la pérdida de la asistencia social sanitaria, la pérdida de viviendas. Tenemos experiencia que la privatización es una desatención, una desatención profunda. En una sociedad privatizada se pierden derechos en favor de privilegios.
¿Como recuperar el equilibrio de la justicia social?
Decía hace poco un jurista internacional experto en los derechos humanos, que instituciones europeas como ONU, Humans Rights, Tribunal de la Haya, etc.están para apoyar a movimientos sociales, no podemos ser cómodos y esperar que nos lo resuelvan.
Podemos vivir en un estado de derecho, pero los derechos no se consiguen sentados en el sillón de la casa, las instituciones internacionales se mueven, pero no lo hacen si la ciudadanía no se mueve, si los ciudadanos no son activos, no hacen por recuperar los derechos, por volver a la senda de nuestro bienestar social, no podemos pensar que las instituciones van a arreglar los problemas de las crisis, se necesita de movimientos sociales activos que salgan a recuperar lo perdido. Luego vendrá el apoyo de las instituciones internacionales.
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