Desde su entrada en la UE, España, nunca tuvo un papel relevante en el marco de la comunidad, y tras los adversos efectos de la crisis económica y la nefasta gestión de gobierno, su limitada capacidad de influencia, hoy, viaja en el furgón de cola de la Unión.
Vaya alivio, menuda alegría la nuestra..!, parece que el problema de este país no es tan grave como se pintaba, pues lo que se percibía como una difusa incógnita, necesitaba tan solo de una mera operación de contabilidad de las cuentas públicas, cuya fácil solución, se alcanzaba con la simple regla de equilibrar los ingresos con los gastos.
Esto al menos, era la conclusión ordinaria que se desprendía de lo argumentado por el actual ejecutivo al momento de exponer los motivos de sus excepcionales medidas de elevación de la presión fiscal, si bien su lectura era equívoca, pues aunque la decisión fue cocinada en los fogones de la Moncloa, lo desconocido en origen, era que previamente fuera sazonada atendiendo al recetario discurrido al efecto por los expertos chefs del 200 West Street, en el Bajo Manhattan.
Pero si la inconveniente irrupción de la influencia de ultramar a través de Goldman Sachs, no fuese subordinación suficiente, la renuncia a la soberanía de gobernación, se extiende al marco del viejo continente cuando la emperatriz Merkel, en un ejercicio de desmedida jerarquía, se inmiscuye, superando las competencias del propio presidente español, y en un acto de ordeno, mando y hago saber, le obliga afrontar personalmente la presidencia de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, es decir, toda una reproducción mimética de lo que anteriormente la canciller había impuesto a las autoridades griegas e italianas, o lo que es mas grave, una advertencia en toda regla de que a pesar del cambio de gobierno, España, continuará en la rotación de órbita periférica manteniendo su condición subalterna en el ámbito de la Unión.
Resulta inaceptable que a pesar de las contradicciones entre sus llamadas a intensificar la integración de la (UE), y su reiterada oposición a emitir bonos europeos para repartir el peso del pago de la deuda, la mandataria germana, oficiosamente, siga arrogándose la jefatura de Europa con el tácito acatamiento de los países miembro, facultad, que le otorga determinación para imponer sus decisiones unilaterales superando las competencias institucionales por mas que la mayoría de la oficialidad jerárquica europea mantenga posiciones opuestas a sus planteamientos.
Por tanto, se equivoca de plano el presidente Rajoy, pensando que una alianza logística con la mandataria alemana es el camino apropiado para conducir soluciones a la problemática española, pues con esa estrategia, aparte de acentuar la divergencia y la descomposición europea, mas que favorecer soluciones a la problemática genuina, tan solo alimenta la apetencia individualista de la canciller, y nada mas revelador, que la cosecha alcanzada por el francés Sarkozy, cuyo balance de colaboración permanente con la vecina del norte, se traduce en la consecución de una depreciada imagen de subalterno, que sumado a la inexistencia de rendimientos, a tres meses vista podría ocasionarle serios perjuicios en su encuentro con las urnas.
Para no albergar dudas ni dar cabida a equívocos la señora Merkel como representante de la mayor economía de Europa, habló alto y claro en su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, destacando sobre manera, su oposición a contribuir a la superación de la crisis por encima del tope cubierto. Reafirmándose una vez más en la arraigada idea de recortes presupuestarios y reformas estructurales, medidas acordes a la coyuntura Alemana , pero que en si mismas, no surtirán efecto en la solución efectiva de los múltiples problemas de España, pues resulta inadecuado y hasta absurdo aplicar un tratamiento de uniformidad para combatir afecciones dispares.
España como miembro de la Unión, ha de hacer valer su condición de país soberano a través del foro europeo de pertenencia, sin entregarse a disturbios financieros ni al acompañamiento de un hada madrina. Hay que erradicar la política del desbarajuste y devolverle a la Comisión Europea (CE) la titularidad de funciones como Gobierno Central Europeo, siendo este el organismo, quien, en atribución a sus competencias, ha de analizar nuestra problemática y singularidad diferenciada a fin de resolver nuestras reivindicaciones en materias como, la revisión el techo de déficit, los fondos para el empleo, el levantamiento del veto del sector naval, etc., etc., Remedios de acompañamiento, ayuda y complementariedad de los de cambios y reformas iniciadas, y esto ha de ser así si queremos afrontar con seriedad y realismo la salida de la crisis.
Xosemanuel Galdo-Fonte
Colaboración.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes escribir que opinas sobre el tema. Se agradece los comentarios. Normalmente acostumbro a contestar las opiniones de los demás. Asimismo este blog es "dofollow" te ayudará a promocionar tu blog (aunque vigilo de cerca el spam).