Expresiva imagen de lo que hacen los políticos |
Hace unos días envié un twitter a Gaspar Llamazares. Me indignaba que horas después en que se hiciera público el comportamiento absurdo de los bancos, guardando el medio billón de euros recibido del BCE y que debía se inyectado en la rueda económica, éste político perdiera su tiempo en temas menos productivos en el preciso instante y de las que otros ya se estaban ocupando.
Que un político que se entiende que es de izquierda (aunque sucedánea del verdadero espíritu socialista) estuviera mareando la perdiz con la asistencia sanitaria a los parados y vendiéndolo por twitter, me produce indignación y risa. Ese tipo de carcajadas que produce un niño cuando maneja algo que no sabe ni para que sirve y le da la aplicación más absurda que se nos pueda ocurrir.
Le envié un twitter a Llamazares expresándole claramente que estaba "embobando a la gente", al no dedicarse claramente a informarla de lo importante (¿dónde ésta el dinero del BCE?).Quiero imaginarme que la intención de éste representante de la izquierda rancia que nos queda, no es idiotizar a la gente, no es la búsqueda del estrellato fácil. Pero entonces me surge la pregunta de rigor ¿en que dedican el tiempo los políticos?, ¿saben distribuir su tiempo de trabajo?, en otras palabras ¿saben trabajar?. Y es que en ésta vida al igual que no todos sirven para ser buenos camareros o buenos arquitectos, no todos sirven para ser buenos políticos. Simplemente no saben trabajar. Ahora que tanto se habla de productividad, aplico éste término a la figura y trabajo del político.
En el binomio que nos ocupa, para mí está claro que Llamazares debería dedicarse a informar sobre los bancos españoles que han acudido a la subasta, el importe de dinero que han recibido y conocer que han hecho con ese dinero, denunciando públicamente lo denunciable y calentando a los ciudadanos, si con eso va a ayudar a que se haga justicia. Y quien dice los bancos, dice tambien el archivo definitivo por parte de la Audiencia Nacional, de la querella contra las agencias de ranting y otros muchos hechos. Esto es lo importante, aunque quizás sea un trabajo laborioso y poco rentable politicamente Acabemos de una vez con lo políticamente correcto y demos fluidez a lo incorrecto. Entre enfrentarse a la banca y a la ministra de sanidad, el político que no hace bien sus deberes, preferirá mil veces a la señora ministra. Enfrentarse a la banca no es rentable para nadie y menos para un político, pues en el fondo se enfrenta al verdadero patrón que lo mantiene en el poder. Ya sé que suena más bonito y democrático decir que en el poder lo mantiene los votos de los ciudadanos, pero también sabemos que es una falsa cursilería.
¿Sabe el político, emplear su tiempo? como cualquier trabajador, el que ha elegido dedicarse a la política,, debe saber establecer prioridades, tiene que distribuir su tiempo no siguiendo la regla del mínimo esfuerzo, sino la del máximo beneficio para la sociedad, debe saber establecer prioridades y debe evitar por todos los medios duplicar trabajo. Estos consejos se traduce en saber ser "productivo".
El político tiene que saber fijar objetivos en función de la rentabilidad para los ciudadanos y no para su propio beneficio. Debe saber discernir entre lo importante y lo menos importante y tiene que tomar decisiones por difíciles que estas sean y dedicar sus esfuerzos a lo realmente importante. Es la famosa regla "ABC" de los almacenes, en el 20% de los artículos se encuentra el 80% del valor del stock.
Los pactos de silencio, de comportamiento, de no agresión al sistema deben tener una linea roja que no se puede superar, y ésta línea la marcará los intereses de la sociedad a la que ha jurado defender, justicia social, derechos sociales y derechos humanos, primordialmente.
No obstante las reglas expuestas, estamos cansados de ver los asientos del Congreso o del Senado, vacíos, a diputados jugando con sus móviles o enfrascados en lecturas de libros y revistas. Estamos viendo a malos trabajadores, improductivos, que no saben ni quieren realizar su trabajo, que no se parten el pecho por nada ni por nadie, que son constantemente increpados por sus jefes, la ciudadanía, a la que la clase política le ha perdido el mínimo respeto, que cobran unos sueldos sin esfuerzo y con unas condiciones que salvo los altos directivos de las grandes empresas, ningún otro trabajador disfruta. Políticos dedicados a comisiones y más comisiones de trabajo, a escuchar el rollo de la oposición, a dormirse en las sesiones, a perder impunemente su tiempo y que cobran hasta la conexión a internet (¿que trabajador tiene el internet pagado por la empresa?).
Cualquier trabajador de este país que no cumpla con sus obligaciones, que se duerma en su puesto de trabajo o acumule faltas injustificadas de asistencia, está condenado irremediablemente al despido fulminante, a excepción de que trabaje como senador o diputado.
Quien tenga una larga vida profesional civil (los políticos por lo general no la tienen), seguramente ha vivido la dimisión de algún compañero o la suya propia, por no estar de acuerdo con alguna decisión importante tomada por la empresa a la que trabaja. No hace mucho asistimos al vídeo de una ministra del gobierno ítaliano que arrancó a llorar cuando estaba leyendo las medidas y recortes que Monti habia determinado aplicar, siguiendo las directrices de sus amos en Bruselas y Berlín, a la economía del país. La ministra lloraba de dolor, pero que yo sepa no dimitió, sigue ocupando una situación privilegiada en la sociedad.
Estamos asistiendo a situaciones límites, impensables hace cinco años. Los gobiernos sean del color que sean, están permitiendo la pérdida de derechos civiles que le imponen los mercados, adoptan medidas que atentan incluso contra los propios derechos humanos y aún no hemos visto a un solo político que haya renunciado a su cargo como una medida de protesta y presión ante este descalabro social que estamos viviendo y se posicione claramente al lado de los parados y de los que nada tienen.
El día que los políticos amen más a su comunidad que al dinero, que aprendan a trabajar aplicando la productividad a su tarea, el día que consideren más importante la justicia social y defiendan los derechos humanos, no con la boca chica sino por convencimiento, y todo ello sea más importante que su propio puesto de trabajo y que los intereses de su partido, daremos un gran paso hacia la democracia, saliendo de la dictadura sin barrotes en la que vivimos.
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1 comentarios:
Por algo Rajoy ha prohibido sacar fotografías dentro del parlamento,por si les pillan "In Fraganti"es decir "tocándose los huevos" lo que acostumbran a diario.
¡BUEN 2012,JUSTICIA SOCIAL!.Todos los días del año deberían ser felices,pero mucho me temo que no lo serán para gran parte del planeta.Yo como Saramago sólo pido:
¡¡¡CONCIENCIA,CONCIENCIA,CONCIENCIA!!!Que no es poco.
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