El capitalismo ha transformado lo natural e improductivo en artificial y productivo, desiertos en vergeles, bosques en industrias madereras, paisajes paradisiacos en urbanizaciones pétreas y la vida humana en una realidad ficticia, estamos inmersos en un laboratorio donde nuestras costumbres son falsas y nuestra superviviencia depende de nuestra adaptación a las reglas impuestas. Una raza humana utópica en la que el hombre aislado, separado de los demás, es mercancia, su forma de vida impuesta es irreal, una transformación de la sociedad, un diseño del hombre, que no es más que el valor añadido que sustenta al propio capitalismo.
El sistema capitalista persigue por todos los medios transformar al medio ambiente natural en una nueva forma que permita la venta y el beneficio y transformar la vida del hombre como ideal consumista, en algo que sea productivo al propio sistema.
El capitalismo convierte lo natural, ya sea entornos naturales o forma social de vida, en algo artificial de forma que genere dinero.
Un desierto es improductivo, a menos que puede obtenerse minerales, petróleo, gas o pueda ser cubierto de casas.
Un bosque con árboles sin talar es algo improductivo.
Una tierra salvaje, sin que se haya obtenido algo de ella o construido viviendas, es improductiva.El carbón, el gas, el petróleo que permanecen debajo de tierra son improductivos, a menos que se extraigan para su posterior transformación y venta.
Los animales salvajes son improductivos.
En resumen todo lo que permanece de forma natural en equilibrio con la naturaleza es improductivo y un agravio para el sistema si no se transforma y se vende.
La transformación de la naturaleza, de la forma natural de vida del hombre, pretende darle un valor para que el sistema lo admita como algo noble. El valor que se obtiene mediante la transformación tiene nombre es el valor añadido.
A excepción del oro y la plata, nada tiene un valor intrínseco. Y esto es así porque la gente ha acordado desde tiempos inmemoriables dotar a estos minerales de valor en sí mismos.
Así el sistema dice: cuanto más se transforme una cosa, una materia más valor añadido tiene y por tanto más dinero aporta al sistema. Además del valor añadido, el sistema introduce un concepto nuevo el valor comercial de las cosas.
Para que las cosas adquieran valor comercial es necesario someterla a la "escasez". Separar al hombre, alejarlo de cualquier cosa que pueda desear o que necesite para su superviviencia. Alejar al hombre de zonas naturales, donde se busca autónomamente su subsistencia es crear riqueza. En ésta separación del hombre de la naturaleza hay oportunidad de negocio para el sistema.
En el terreno puramente humano hay que rediseñar a la gente para que sea productiva al sistema. Para el sistema capitalista, es más productiva la gente aislada, individualista, que no comparta, que no forma comunidad con sus vecinos, que no sea amante de lo natural.
La gente que el sistema no quiere es aquella que le gusta charlar placenteramente con sus vecinos y amigos más que sentarse delante de una pantalla doméstica o de espectáculos embrutecedores.
La gente que se reune con sus vecinos y que comparte por ejemplo un aparcamiento de coche, o artefactos del hogar es menos productiva que la que vive aislada de los demás y se tiene que buscar su propio aparcamiento, su propio objeto.
Todo acto colectivo es menos productivo y debe ser eliminado. Compartir coche, compartir una lavadora, intercambiar bienes,no es productivo es una ofensa al sistema. Es necesario desarrollar un ser humano que viva aislado en su núcleo familiar y en hogares aislados.
Es más productivo para el sistema fomentar el aislamiento, así se maximiza la producción.
Los seres humanos que estan satisfechos con lo natural, desde la sexualidad, a querer amamantar a sus bebes, no son tan productivos como aquellos que gustan de lubricantes, videos, leche artificial, comidas preparadas, mediamentos para aliviar la soledad y los altibajos emocionales que ésta produce.
El sistema favorece el aislamiento, la vida no natural, así la gran máquina se engrana, la rueda sigue girando y nosotros enganchados a ella.
Así llegariamos a considerar que el capitalismo ha creado una especie de recinto artificial donde el hombre ha sido confinado y en el cual ha tenido que adaptar sus pautas a una serie de reglas para poder sobrevivir.
El que no se adapta a este recinto capitalista simplemente se vuelve loco, se transforma en un ser inadaptado basura de la comunidad, rechazado, un sin techo, un paria.
Si la humanidad o una gran parte de los seres humanos no aceptaramos las reglas impuestas por el sistema, el orden artificial impuesto caeria y pasariamos a formar parte de una nueva realidad.
octubre 10, 2011
capitalismo una realidad ficticia impuesta
13:22
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