La solidaridad aparece año tras año con los fríos de diciembre. Grandes almacenes repletos de compradores compulsivos y corazones llenos de recuerdos a los menos favorecidos de éste mundo. Treinta días en los que se convive en el amor y recuerdos a los que no tienen nada. Que pronto pasan treinta días para los parias del mundo y cuanto tardan en reír esos niños escondidos por las televisiones y la prensa del mundo, nada mas y nada menos que 365 días, de injusticias, de hambre, de abandono.....
Colaboración recibida de Mari Valverde:
La solidaridad debe tener 365 días, no 30 días. No sé porque, llegado el mes de diciembre casi toda la gente cambia y es más solidaria, ¿por qué?.
El año tiene 365 días, la solidaridad y la humanidad se necesita todos los días del año, no treinta. El niño que tiene hambre y frío no pude esperar al año siguiente para comer. Donde no hay agua ni semillas para sembrar ni nada, no pueden esperar 335 días para que llegue la solidaridad.
Lo más maravilloso de ser solidario 365 días al año es ver la risa de un niño.
La cosa más bonita y fácil, darlo todo a cambio de nada. Lo más difícil, sensibilizar a la gente que la solidaridad debe tener 365 días al año, no 30.
El obstáculo más grande y difícil es acabar con las guerras y las injusticias, el racismo. El camino más cruel y largo es el de la deshumanización, la insolidaridad y las atrocidades del mundo.
El ser más peligroso es el que hace las guerras y las armas por poder y dinero.El arma más eficaz es el amor y la comprensión. La mayor satisfacción la paz interior y la lucha por los más débiles e inocentes y necesitados.
El regalo más bonito que se puede hacer es ayudar a los demás y dar tu tiempo libre a los más necesitados los 365 días. Lo más triste, el dolor, el sufrimiento y el llanto de los niños.
La barrera más larga no es la del sonido sino la de la injusticia, la insolidaridad y la deshumanización del mundo.
Los que más nos pueden ayudar casi no lo hacen, los medios de prensa, radio, TV; ellos pueden publicar todas estas atrocidades y mil más; con su ayuda y la nuestra podemos pararlas y sensibilizar a la gente. Que abran los ojos y sus corazones a la paz y al amor. Pero ellos también los tienen cerrados y muy pocos los han abierto, para ayudar a ver el mundo como realmente está y lo que se puede hacer, para imponer la paz y el amor y la solidaridad en el mundo.
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