Es imposible que un partido de masas sea democrático. Los partidos políticos siguen la dictadura de la cúpula (Robert Michels). Si a la oligarquía interna de los partidos se une además el sistema de proporcionalidad de listas, los partidos son verdaderas dictaduras del jefe del partido, quien hace las listas tiene el poder.
Si además de la llamada "ley de hierro de Michels", el partido cobra del Estado, el partido, es un partido falso, va en contra de la democracia. Estamos en el mismo problema de los sindicatos.
El partido instrumento de los gobiernos actuales para maquillar las democracias dictatoriales:
El partido es la dictadura contemporánea... es el instrumento de Gobierno de la dictadura actual... ya que representa el poder de una fracción sobre el conjunto.
El Partido es, en nuestros días, el último de los sistemas dictatoriales conocidos. Y, como el partido no es un individuo, refleja una democracia aparente, forjando asambleas o comisiones y propaganda a través de sus miembros.
El partido de oposición, para alcanzar el poder debe desmontar el sistema de Gobierno que está en el poder y para hacerlo debe minar las realizaciones y sembrar la duda en sus planes, incluso si estos son beneficiosos para la sociedad, con el fin de justificar su inutilidad como instrumento de Gobierno.De esta manera, los intereses de la sociedad y sus programas se convierten en víctimas de la lucha de los partidos por el poder.El partido no es de ningún modo un sistema democrático, puesto que se compone o de gentes que tienen los mismos intereses... o los mismos puntos de vista... o la misma cultura... o forman parte de una misma creencia... o son del mismo lugar, los cuales forman el partido para conseguir sus intereses o para imponer sus opiniones o extender el poder de su doctrina a toda la sociedad.
El objetivo de un partido es alcanzar el poder con el pretexto de la ejecución de su propio programa. No es democráticamente admisible que un partido gobierne a todo un pueblo, pues éste -el pueblo- está constituido de muchos intereses, opiniones, ideologías,orígenes, lugares y creencias.
El partido en un instrumento de Gobierno dictatorial que permite a los que tienen las mismas concepciones o los mismos intereses gobernar a todo el pueblo completo, a cualquier pueblo. Así, con relación al pueblo, el partido es una minoría.
El objetivo al formar un partido es crear los instrumentos que permitirían gobernar el pueblo... es decir, gobernar a los que están fuera del partido por medio del partido, pues este se funda, esencialmente, sobre la teoría autoritaria y arbitraria, a saber, el despotismo de sus miembros sobre los restantes elementos del pueblo.
El partido supone que su llegada al poder es el medio de realizar sus objetivos, y que sus objetivos son los del pueblo. Esta es la teoría en la que se basa cualquier dictadura. Sea cual sea el número de partidos, esta teoría es siempre la misma. Incluso la existencia de varios partidos exacerba la lucha por el poder, lo que conduce a1 aniquilamiento de todo logro del pueblo y sabotea cualquier plan que sirva a la sociedad, porque destruir las realizaciones y sabotear los planes es la justificación de la tentativa de tirar de la alfombra bajo los pies del partido rival al del poder para que le sustituya el partido en el poder.
La lucha de los partidos entre sí, si no se resuelve por la lucha armada - lo que es raro- toma la forma de la condena y el desprecio de los hechos mutuamente. Es un combate que se desarrolla necesariamente al precio de los intereses vitales y supremos de la sociedad, alguno de los cuales, sino no todos, serán victimas de la lucha de los instrumentos de Gobierno para alcanzar el poder. Precisamente, en el hundimiento mismo de estos intereses, el partido (o los partidos) de oposición encuentra la justificación de sus argumentos contra el partido o los partidos que están en el Gobierno.
El partido de oposición, como aparato de Gobierno, para alcanzar el poder debe necesariamente desmontar el sistema de Gobierno que está en el poder y para hacerlo debe minar las realizaciones y sembrar la duda en sus planes, incluso si estos son beneficiosos para la sociedad, con el fin de justificar su inutilidad como instrumento de Gobierno.
De esta manera, los intereses de la sociedad y sus programas se convierten en victimas de la lucha de los partidos por el poder.
Por supuesto, que el conflicto nacido de la multiplicidad de partidos suscita una actividad política intensa, pero no es menos cierto que este conflicto es, por una parte, destructor política, social y económicamente y por otra parte, se resuelve siempre por la victoria de un sistema de Gobierno similar al precedente,es decir, por la caída de un partido y la victoria de otro. Pero se trata siempre de la derrota del pueblo y, por lo tanto, de la derrota de la democracia.
De otro lado, los partidos pueden ser comprados y sobornados, tanto desde el interior como desde el exterior.
El partido, desde que se funda, se erige en representante del pueblo. Después, la dirección del partido se convierte en representante de los miembros de dicho partido; después, el presidente del partido se convierte en representante de la dirección. Así, el juego de los partidos se revela como un juego cómico engañoso, basado sobre una caricatura de la democracia de contenido egoísta y dominante y contenida fundado sobre las maniobras, las confusiones y el juego político, pero que afirma que el partidismo es, por tanto, el instrumento de la dictadura, aunque moderna.
El sistema de partidos es una dictadura al descubierto, sin mascara, que el mundo todavía no ha superado. Es, realmente, la dictadura de la época contemporánea.
El parlamento del partido vencedor es el parlamento de ese partido; el poder ejecutivo puesto en marcha por el parlamento es el poder "del partido sobre el pueblo; el poder del partido que supone estar al servicio de todo el pueblo es, en realidad, el enemigo jurado de una fracción del pueblo, aquella constituida por el partido o los partidos de oposición y sus partidarios. La oposición no es, pues, el censor popular del partido en el poder, pero esto al acecho por su propio interés para sustituirle en el poder.
Según la tesis de la democracia contemporánea, el censor legitimo del partido en el poder es el parlamento, del que la mayoría de los miembros pertenece a dicho partido; es decir, que la censura está entre las manos del partido gobernante y el poder emana del partido censor; así aparece claramente la impostura, la falsificación y la falsedad de las teorías políticas que actualmente dominan el mundo y de donde ha surgido la democracia clásica en su forma actual.
“El partido representa sólo a una fracción del pueblo, mientras que la soberanía popular es indivisible”.
“El partido gobierna en representación del pueblo, pero lo correcto es no sustituir al pueblo” El partido es la tribu de los tiempos modernos... es la taifa. La sociedad gobernada por un partido único es de todo punto
comparable a la gobernada por una sola tribu o una sola taifa,pues el partido representa, como ya ha sido señalado, los objetivos de un solo grupo de gente o los intereses de un solo grupo de sociedad o una sola creencia o un solo lugar.
El partido es, a fin de cuentas, una minoría en relación con el número total del pueblo, lo mismo que la tribu, o la taifa. Esta minoría tiene intereses o creencia de taifa común. De estos intereses o de esta creencia se forma la misma concepción. No hay diferencia entre un partido o una tribu con excepción del vinculo de sangre, que, por otra parte, puede haber existido en el nacimiento del partido. La lucha de los partidos por el poder no difiere en nada de la lucha de las tribus o de las taifas por el poder. Si el sistema tribal o de taifas es políticamente rechazado o vilipendiado, mismo debe ocurrir con el sistema de partidos, pues ambos proceden del mismo punto y conducen al mismo resultado. Para la sociedad, la lucha de los partidos tiene un efecto tan negativo y destructor como la lucha tribal o de taifas.
Puedes bajarte el libro verde de Gadafi, el discurso de Gadafi ante la ONU y el informe de la Comisión de DD.HH. sobre Libia.
El libro verde de Muammar al Gaddafi
Libro verde bis,
Examen periódico de la comisión de DD.HH. sobre Albahiriya-Libia;
discurso de Gadafi ante la ONU
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