Sebastián perrea a la CEOE

Juan Rosell cabrea al gobierno con sus últimas declaraciones pidiendo que se abarate aún más el despido. Miguel Sebastián les llama publicamente al orden y descalifica las actuaciones de la CEOE, en temas políticos y empresariales.


Antes de las 24 horas de su propuesta de abaratar aún más el despido, Sebastián reprende públicamente a la CEOE en un descomunal cabreo.

La CEOE en lugar de salir a censurar a la banca por las restricciones a los créditos y pedir apoyos para mantener e incluso incrementar los puestos de trabajo, acude,  como los políticos, al camino fácil, el del recorte social para seguir llenándose los bolsillos y sin más,  hace unas declaraciones públicas que no han gustado nada a los socialistas, con unas elecciones en puertas,  ya de por sí desfenestradas. Mientras el PP calla prudentemente y no opina, para que no se les vea el plumero.

La CEOE propone que la indemnización por despido objetivo en los contratos indefinidos se reduzca de los 20 a los 12 días con un máximo de un año, a pagar en su totalidad por el empresario, y que en caso del despidos improcedentes pase de 45 a 20 días, de los que ocho días correrían a cargo del Fogasa.

De todas las porfirias, declaraciones inapropiadas y peticiones del derecho de pernada sobre el españolito de a pié,  que viene rebuznando la CEOE, desde que el gobierno levantó la veda contra los trabajadores y resto de ciudadanos menos favorecidos, es ahora, precisamente ahora, cuando el gobierno se cabrea y manda a su impoluto ministro de industria, Turismo y Comercia Miguel Sebastián a ladrar e intentar morder a la CEOE, en sus partes nobles.

El ministro Sebastián le llama la atención a la CEOE por el inapropiado momento para pedir más sangre, esto solo se reserva a los políticos, que por supuesto lo esconden. Es por ello que llama al orden  a la CEOE y le increpa para que no se meta en temas políticos.

El ministro "socialista" seguidamente recrimina a la Organización empresarial que se pronuncie más bien sobre la incidencia positiva que ha tenido la reforma laboral. Vamos, el señor ministro, lo que les está diciendo a los empresarios,  es que no se metan en declaraciones politicamente no correctas,  con un tema que ya lo saben y  todos (PPPSOE) están de acuerdo. Y que se dedique más bien a piropear al PSOE por lo bien que lo han hecho, a ver si  arrastran algunos votos.

Realmente, después de cortar el traje del saqueo social, siguiendo el patrón que le ha ido marcando la CEOE, el FMI, la Banca y el BCE, la verdad sea dicha,  no está bien que la CEOE se descuelgue con estas propuestas. Como dice el refrán "es de bien nacidos ser agradecidos". Pero entre políticos, banqueros y empresarios de corbata de seda ¿quien puede ser bien nacido?.

El ministro no se ha andado de rositas y ha recriminado a Juan Rosell por su falta de vista empresarial, al no haber apostado más por las inversiones en I+D+i y por la educación. Llamo un poco la atención al señor ministro Sebastian, en el área empresarial se dice más bien formación (laboral o profesional), que educación. Aunque es obvio que  ha empleado incorrectamente el término "educación" para enlazar a Rosell con el programa y problema educativo que la política del PP está creando en Madrid, al decirle a Rosell que no lo ve con la camiseta verde de los defensores de la educación pública. ¿Que tiene que ver las inversiones en I+D+i, la productividad y el coste del despido con el problema de la educación?. Nos toman por tontos.

 Estos políticos cuando barren para casa, sobre todo en época electoral,  son bien listos. Después de estas declaraciones no cabe menos que llevarse la sorpresa de lo bien que se orientan hacia la problemática social,  estos sinvergüenzas metidos a políticos,  cuando se acerca la hora de las elecciones, hasta parece que les preocupa nuestra situación laboral, social y educativa.

Por mí tanto el ministro Sebastian como Juan Rosell se podrian haber ahorrado ésta ridícula puesta en escena, porque no voy a pisar ni los alrededores de las urnas y lo que es peor voy a seguir pensando.